

Bajo la falda del vestido estallaron los dormidos
sueños que en la noche la mantenían viva.
Pobre Caperucita...







Ahora cada noche el lobo la devora, clava sus dientes, y llora Caperucita mientras espera a que un aullido le diga que el dormido animal despertó.
Después descansa tranquilo el malvado lobo feroz.
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